Libreria La Felipa Foto: Carmen Barrios (09/1990) |
A "la Felipa" solíamos ir por dos razones: porque era la única librería que tenía el libro que nos habían mandado en la facultad o porque era donde lo podríamos encontrar más barato. Para esto último había que poner carita de bueno o caerle simpático a esta enlutada mujer, todo ello siempre y cuando estuviera de buen humor, lo que raramente solía suceder, pues era más bien una mujer de lamentos que tanto nos recordaba a la Bernarda Alba de la obra de García Lorca. Respecto a la rebaja en el precio siempre habría que sortear antes que no estuviera cerca alguno de sus sobrinos para que no le reprocharan a la pobre mujer su "blandez", cuando se daba el caso. En cualquier caso "la Felipa" llegó a formar parte de nuestra vida universitaria como Domingo, nuestro querido bedel de la facultad de Derecho, los bares y cervecerías de Moncloa, los locales de fotocopiadoras o la COOPERATIVA UNIVERSITARIA (ver el carnet de pertenencia a esta cooperativa de estudiantes en el apartado "Curiosidades" de este blog) donde también lográbamos comprar material de escritorio y libros a precios más rebajados.
La famosa calle Libreros de Madrid.
Del libro referenciado: "Felipa, y su famoso letrero ...", "SI NO TIENES QUE HACER NADA, NO LO VENGAS A HACER AQUÍ" |
Una librera con una fuerte personalidad.
"En el año 1920 fue llamada a trabajar doña Felipa Polo Asenjo con tan solo 12 años en la Librería de Doña Pepita en la Calle Libreros, la primera librería en da honor al nombre de esta calle. Ya en el año 1944 inicio la venta de libros en su propio local destinado destinado en un principio a una fábrica de chocolate, en la Calle Ceres, posteriormente rebautizadla como Libreros. Aquí es donde comenzó nuestra Librería Felipa, al cargo de una joven Felipa por aquel entonces, con la compra-venta sobre todo de libro universitario. Cabe destacar la gran personalidad de Felipa, corroborada por nuestro clientes mas antiguos, como su gran implicación, en un momento de posguerra, con sus clientes con su siempre carácter enérgico y sus pequeños toques de humorísticos, su grandes frases filosóficas de sabiduría popular como : "Si no tienes nada que hacer, no lo vengas a hacer aquí" o " A quien se hace de miel, se lo comen las moscas" que se convirtió en toda una institución de Madrid y en concreto de esta calle."