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22 abril 2013

Recuerdos de una universitaria (2)




RECUERDOS DE UNA UNIVERSITARIA

por Charo García Paredes


Fachada posterior de la Facultad de Filosofía y Letras recién terminada en la Ciudad Universitaria de Madrid, hacia 1935.

La Facultad de Filosofía y Letras, breve historia.


El arquitecto Agustín Aguirre
hacia 1930.
La Facultad de Filosofía y Letras fue inaugurada el domingo 15 de enero de 1933 por el Presidente de la II República, Niceto Alcalá Zamora, acompañado por el Jefe de Gobierno, Manuel Azaña, y diferentes personalidades. Era la primera facultad que se trasladaba desde la calle de San Bernardo, donde estaba la Universidad Central, al nuevo campus promovido por el Rey Alfonso XIII e impulsado por la República. El nuevo edificio se empezó a construir en 1932 y se terminó en 1936, unos meses antes de estallar el conflicto. Su arquitecto, Agustín de Aguirre López, hizo un edificio funcional, luminoso y con grandes espacios que le daban una gran amplitud. El vestíbulo estaba, y sigue estando, presidido por una gran vidriera de estilo Art Decó, realizada por la familia de vidrieros Maumejean en 1935; la obra, titulada  "Alegoría de las Humanidades", se reconstruyó en enero de 2009. La distribución de las dos alas y el cuerpo central, con la fachada posterior semicircular y con acceso al jardín, sigue las pautas ya marcadas en construcciones anteriores como el Museo del Prado. El comedor incluía el sistema de autoservicio, una novedad en restauración que posteriormente se conocería como "self-service". La facultad de Filosofía y Letras también inauguró, por primera vez en nuestro país, los ascensores de sistema contínuo "Paternoster". Los planos del edificio se hallan archivados en la Dirección de Obras y Mantenimiento de la UCM. El edificio está declarado Bien de Interés Cultural, por lo que en la actualidad mantiene casi el mismo aspecto de los años cuarenta, cuando se reconstruyó ya que quedó muy dañado en la guerra civil. Una de las aulas, bautizada "Lázaro Carreter" mantiene el mismo aspecto de su reinauguración. Por último destacar en esta breve reseña histórica que importantes intelectuales del siglo XX ejercieron su magisterio en sus aulas: José Ortega y Gasset, Xavier Zubiri, María Zambrano, Julián Besteiro, Ramón Menéndez Pidal, Américo Castro, Pedro Salinas, Jorge Guillén, Claudio Sánchez-Albornoz, Manuel Gómez-Moreno, Agustín Millares Carlo y María de Maeztu entre otros.

Filosofía y Letras, actualmente Filología; jardín posterior con la escultura "Diana cazadora" de la artista estadounidense
Anna Huntington (Foto: JCGP, 03/2013)

Estudiantes rigurosamente vigilados


Indicador de la Facultad de Filosofía y Letras
Comencé el curso primero de comunes de la carrera en el Edificio A de Filosofía y Letras, que pertenecía a Filología y Clásicas. En segundo curso de comunes y la especialidad pasamos al Edificio B de Geografía e Historia. Comenzaba el curso en el mes de octubre, siempre después del Pilar, pero íbamos unos días antes para la presentación de la mayoría de los profesores y recoger los programas  de las asignaturas. Aunque era proseguir los estudios, el acceso a la universidad suponía que ya tenias que responsabilizarte en distribuir tu tiempo y estudiar sin que nadie te guiase, pues, aunque el profesor explicaba, había mucha más materia que aprender fuera de clase, y todo entraba en el examen. Aparte de la cuestión docente lo que más me impresionó fue ver a los “grises” a caballo por toda la ciudad universitaria e incluso al entrar al Aula. Había dos policías, uno a cada lado de la puerta, en cada una de las aulas, como si fuéramos malhechores, jóvenes con 18 o 20 años que apenas teníamos mundo, no teníamos la mayoría conciencia política de todo lo que había pasado y lo que estaba por pasar. No teníamos conciencia política del momento en que estábamos, al menos yo, (aunque Filosofía se ha destacado siempre por ser una facultad reivindicativa y gente disconforme con el régimen), sabíamos que vivíamos en una Dictadura acaudillada  por Franco y que había gente universitaria que estaba en contra de él, que luchaba por ideas de libertad y desechaba la represión. En casa se nos educó sin grandes manifestaciones entusiastas por el régimen, además, como el eje principal era la religión, eramos adaptables a cualquier situación que no supusiera ir contra ella.  Nuestra misión era estudiar para aprobar todo en junio y poco más, luego, a lo largo de los cursos, se te iban abriendo los ojos y percatándote de la realidad social no era la que te decían.

Filosofía y Letras: Comunes y especialidad


Francisco Calvo Serraller (Madrid, 1948)
Catedrático de Historia del Arte.
Los dos primeros años académicos, como ya mencioné anteriormente, eran “comunes”; dábamos: Lengua, Historia, Latín, Griego, Filosofía pura, Literatura y Geografía. Los tres cursos siguientes eran de “especialidad” y estaban enfocados a la materia concreta que habías escogido. La mía era Arte, desde la prehistoria hasta el arte contemporáneo, divididas las asignaturas en tres años más unas asignaturas optativas que podías elegir para completar los cursos.

Tuve profesores bastante buenos e importantes como Miguel Zaragoza que nos daba Griego, Lázaro Carreter, catedrático de Historia, Calvo Serraller, que fue Director del Museo del Prado y nos daba clases de  Barroco, Alfageme, catedrático de griego de 2º, del que recuerdo que nos hacia los exámenes de griego orales de traducciones que habíamos trabajado durante el curso, de ahí viene la broma familiar que hacíamos sobre las “amígdalas”….. etc. Aprobé la carrera con buenas notas pues había estudiado mucho, a pesar de que, desde segundo curso, empecé a trabajar, como todos mis hermanos, en Caja Postal,  y luego de interina en el Juzgado Comarcal de Torrejón (ahora son de Distrito) hasta 1976.

Uno de los libros
obligatorios de Arte
"El arte moderno",
un imprescindible.
Recuerdo que tenia clases con diapositivas en horario de 4 a 5 de la tarde y algunos días estaba tan cansada que con la luz apagada, solo el foco alumbrando una pared, daba unas cabezadas y me llegaba a dormir, la profesora se dio cuenta varias veces y aunque en algún examen me llego a suspender, al final me aprobó, creía que me aburría de la clase y era que estaba agotada de trabajar y estudiar al mismo tiempo.

Entre mis amistades y compañeros guardo especial recuerdo de Pepa Iglesias, que años después fue profesora de Antropologia Americana de la Complutense, a Blanca Labrandero, a Mª Carmen García-Atance, la que está vestida de rojo siempre iba muy arreglada y de rosa, buena compañera, creo que está de profesora de Derecho en la UNED, BlancaMaite Grau, era con la que mas relación tenia, también trabajaba y me iba con ella en coche, me acercaba a Cuatro CaminosMoncloa, había otras compañeras de las que recuerdo sus rostros pero no sus nombres y luego algún religioso que otro que estudiaban Filosofía y vivían en Saconia. Siempre iba corriendo de un lado para otro para que me diera tiempo a estudiar y a ir a clase, acababa agotada, ya que me levantaba temprano (nos levantamos todos los hermanos), trabajamos en Caja Postal y nos comíamos un bocadillo si no nos daba tiempo o íbamos a casa comíamos y enseguida a coger el autobús o hacíamos autostop hasta que llego el SEAT 124 amarillo e íbamos todos juntos a las Facultades y luego a la salida nos recogían a todos y a casa a cenar.

Anecdotario:

Yo tenia también educación física y el ultimo año hice tres cursos en uno para poder licenciarme,  hacia gimnasia, atletismo y judo, me iban a recoger mis hermanos. Cuando peor lo pasaba era cuando iba a recogerme mi hermano Jesús, porque se acababa de sacar el carnet y hacia tonterías con el coche, tonterías tales como fingir que se desmayaba con lo que yo agarraba  el volante y conducía para no chocarnos….. En otra ocasión circulábamos con el coche por la calle estrecha que llevaba de Puerta de Hierro a la Universitaria y abrían las ventanillas en primavera y a dos chicas que iban caminando por la acera les piropeaban desde el coche con frases como “quien fuera catarro para agarrarse al pecho” o "si yo tuviera tus piernas me las mordería de gusto". En una ocasión, estaban dando un mitin en mi facultad en el Aula Magna y, como ya conoceréis en aquellos años había policías de la Secreta infiltrados entre el alumnado, espiando a quien se hiciera destacar por sus ideas políticas. Se acabó la reunión y al rato aparecen mis hermanos, Jesús y Juan Carlos, con sus abrigos grises iguales, como si de polizontes se tratara, yo estaba hablando con mis compañeros cuando se acercan y me dicen los dos muy serios: “señorita queda detenida”; y yo les decía "no digáis tonterías….son mis hermanos" y me cogieron por los brazos por toda la facultad hasta dejarme en la puerta, yo avergonzada repitiendo sin cesar que “eran mis hermanos”.

Continuará……

- -  Archivo complutense - - 

"Luces de la enseñanza 1933"

Documental realizado por la UNED sobre los 75 años de la Facultad de Filosofía y Letras de Madrid emitido por TVE el 12 de diciembre de 2008. En este documental se narra la historia de la primera facultad que se levantó en la Ciudad Universitaria de Madrid y de sus alumnos en unos años en los que la mujer comenzó a incorporarse a las aulas. De los 500 alumnos que tenía la universidad, 400 eran mujeres. Algunas de ellas como Concha Zamacona cuentan su experiencia.

1ª / 2ª parte:
 http://www.rtve.es/alacarta/videos/uned/uned-luces-ensenanza-1933-1-2/360264/

3ª parte:
 http://www.rtve.es/alacarta/videos/uned/uned-luces-ensenanza-1933-3/364681/

16 abril 2013

Recuerdos de una universitaria (1)





RECUERDOS DE UNA UNIVERSITARIA

por Charo García Paredes



En ladrillo rojo, a la derecha, el I.E.S. Lope de Vega, junto al segundo Monasterio de la Visitación de las salesas, en la
calle de San Bernardo, n. 70 (Foto: JCGP, 04/2013)

La primera Escuela Normal del Reino


El Instituto Lope de Vega está situado en Madrid en la calle de San Bernardo, esquina a la de Daoiz. El edificio se construyó en el siglo XVIII, y en el vivieron aristócratas como el Marqués de Castromonte, el Conde de Colomera, los Condes de Celanova, el Duque de Abrantes y el Duque de Montemar. El palacio fue cedido en el siglo XIX a la comunidad religiosa de Santa Clara, las clarisas, que residieron en él hasta la muerte de Fernando VII, fecha en la que pasaron al convento de Santa Clara de Ciempozuelos. Cuando las Clarisas quisieron volver a su Monasterio de la calle ancha de San Bernardo, no pudieron hacerlo por haberse instalado allí en 1839 la Escuela Normal de Maestros y el Museo Pedagógico, dirigido por Pablo Montesinos.

Placa en la fachada del Instituto Lope de Vega
conmemorativa del 150 aniversario de la Fundación de la
Primera Escuela Normal por Pablo Montesinos (1839)
(Foto: JCGP 04/2013)
El 26 de agosto de 1933 el Instituto Lope de Vega se convierte en Instituto de Segunda Enseñanza en el marco de la renovación de la Enseñanza Media emprendida por la II República. Empezó a funcionar en un palacete de estilo francés, que aún existe en la calle Manuel Silvela número 4, el curso 1933/34, con 300 alumnos y un claustro de 13 profesores. Durante la Guerra Civil (1936-1939) el Instituto siguió funcionando como tal en la calle Fortuny número 14, la antigua Residencia de Estudiantes, donde sufrió un bombardeo en 1938, por lo que se tuvo que volver a impartir las clases en la calle Manuel Silvela. Al terminar la Guerra Civil, por una Orden Ministerial de 4 de abril de 1939, publicada en el Boletín Oficial del Estado (B.O.E.) del 15 de abril de ese mismo año, se convertía en Instituto de Enseñanza Media “Lope de Vega”, junto al “San Isidro”, “Cardenal Cisneros”, “Cervantes”, “Isabel la Católica” y “Ramiro de Maeztu”. En el curso 1940-1941 ya era un instituto femenino con unas 1.000 alumnas y durante algunos años el edificio estuvo compartido con la Facultad de Filosofía y Letras, hasta que ésta recuperó su edificio en la Ciudad Universitaria. En 1953 se levantó el tercer piso, lo que aumentó la capacidad del Centro y se mejoraron las instalaciones, cuando era ministro de Educación Joaquín Ruiz Giménez, quien inspeccionó personalmente las obras, dejando constancia de ello en una serie de fotografías que se conservan en la Dirección del Centro.

Mi relación con el Lope de Vega


Entrada al IES Lope de Vega por la calle Daoiz.
(Foto: JCGP, 04/2013)
Hice el PREU de Letras (preuniversitario) durante el curso 1970-1971 en el Instituto Lope de Vega donde también estudiaron mis hermanas, Mariluz y Esperanza, en años posteriores. Yo asistía al turno de tarde. Cogía el tranvía en Saconia hasta Estrecho y allí el metro hasta San Bernardo, haciendo transbordo en Cuatro Caminos. Tenia muy buenos profesores, entre ellos Ramón Barce, musicólogo ya fallecido que nos daba clase de Literatura, Antonio Zaragoza que nos daba Griego y también daba clases en la Facultad y otros cuyo nombre no recuerdo como la profesora de francés, el profesor de latín, etc. Lo cierto es que aprendí mucho en todos los sentidos y las compañeras eran estupendas. Era distinto al colegio donde estábamos constantemente tuteladas, mientras que aquí ya empezabas a responsabilizarte de tus estudios y de tus actos y prepararte para la Universidad. Cuando aprobé el PREU  en el Instituto Lope de Vega de Madrid, en junio de 1971, me matriculé en la Universidad Complutense de Madrid en la Facultad de Filosofía y Letras, en la rama de Historia del Arte. Pero eso os lo contaré en el siguiente capítulo.