"Ximenez de Cisneros", Alcalá (Vilches, Roma, 1864) (Foto: JCGP, 02/05/2013) |
Según vamos indagando en los antecedentes de nuestra Ciudad Universitaria de Madrid observamos que se expanden hilos de luz en distintas direcciones. Iluminan un pasado que es también origen y del que es imposible prescindir pues ese pasado palpita en las paredes de los claustros de nuestra Universidad.
Es así como la luz nos va guiando desde la reconstrucción, a partir de 1940, de los edificios destruidos durante la guerra civil, hasta la edad de plata de los años republicanos cuando está en su máximo esplendor la Institución Libre de Enseñanza, con la Residencia de Estudiantes como ejemplo a seguir, y que es también el periodo álgido en el que se plasma el proyecto alfonsino de construcción de la Ciudad Universitaria en los terrenos de la Moncloa.
Surge este proyecto también como necesidad de adecuar viejos edificios de Madrid donde a mediados del s. XIX y primeros del XX se habían instalado las distintas facultades que se trasladaron desde Alcalá cuando aquella se cerró y que paso a llamarse Universidad Central. Hablamos de edificios como el Hospital General de San Carlos (actual Museo de Arte Reina Sofía) , hablamos del edificio de las Salesas (actual sede del Tribunal Supremo) y otros, pero sobre todo hablaremos de la “manzana” de Noviciado (llamada así por estar ocupado por el antiguo noviciado de los jesuitas y que tras la desamortización pasó a ocupar la sede principal de la Universidad y del Instituto Cardenal Cisneros, donde, dicho sea de paso, terminé mis estudios de bachiller) en San Bernardo, donde está todavía hoy el Paraninfo de la Complutense ya que nunca se llegó a realizar el proyecto de López Otero en los campos complutenses (unas pistas de deportes y campos de béisbol ocupan el frustrado proyecto republicano).
Cuando se cerró Alcalá, a la muerte de Fernando VII, ya sin bienes raíces por causa de la Desamortización de Mendizábal, con muchas deudas y tras vender los edificios a un particular y esquilmar o malvender objetos de valor (por ejemplo un Lignum Crucis que León X había regalado a Cisneros) lo que provocó una revuelta popular que en su momento reseñaremos, se dio cumplimiento a la disposición del Gobierno, de 1836, de trasladar la Universidad de Alcalá “a Madrid, donde se dará a sus estudios la extensión correspondiente, para que sea un establecimiento digno de la capital de la Monarquía”.
En pleno “siglo de las luces” la Complutense de Alcalá había caído en un letargo que vaticinaría su defunción en 1836. Sin embargo esta Universidad había alcanzado su gran esplendor entre 1499 y 1545, cuando en ella se desarrollaron, gracias al empeño personal del cardenal Francisco Jiménez de Cisneros, del que, en su momento, insertaremos en este blog una breve biografía, las ideas básicas de Humanismo, Renacentismo, Universalidad y Popularidad, dando forma a lo que se conoció como la comunidad del saber, es decir: la ciudad universitaria. Y es aquí donde esos hilos de luz nos muestran las figuras de unos personajes que harán grande la historia de España como el propio Cisneros, Antonio de Nebrija, Quevedo (en su libro "El Buscón" nos ofrece relatos de su paso por la Universidad de Alcalá), Miguel de Cervantes, Miguel Prado, los “Pedros” (Gumiel, del Campo y de Lerma), entre otros muchos más de los que hablaremos detenidamente aquí.
Y, retrotrayéndonos en el tiempo, la figura de Cisneros y su ciudad universitaria nos llevarán a otra ciudad que, además, tiene unas connotaciones especiales para quien esto escribe por haber nacido en ella él y su hermana María Luz: Sigüenza. Se entrecruzan aquí tres personajes singulares: el cardenal Pedro González de Mendoza, que rigió la diócesis seguntina desde 1467, hasta su muerte, en 1495; Iñigo López de Medina, que en 1496 fundó el Colegio-Universidad San Antonio de Portaceli de Sigüenza y que también fue canónigo de esta ciudad y Francisco Jimenez de Cisneros que ocupó la capellanía Mayor de la Catedral de Sigüenza (en los documentos de la época aparece como “el bachiller Gonzalo” donde trabó una gran amistad con López Medina -1-) y que tanto se influyeron para la posterior creación en Alcalá del Colegio San Ildefonso cuya primera piedra fundacional colocó el propio franciscano Cisneros el 14 de marzo de 1500.
Estos pequeños hilos de luz son los que nos va a iluminar en este recorrido en el tiempo por la historia de nuestra ciudad universitaria.
El primer artículo, titulado "La Biblioteca de la Universidad de Cisneros", lo ha escrito nuestra colaboradora Charo García Paredes y en él hace un recorrido detallado por la biblioteca cisneriana descubriéndonos su joya magistral: la Biblia Políglota de Cisneros.
(1) ALONSO, CASADO y RUIZ, "Las Universidades de Alcalá y Siguenza...".
Espero que poco a poco y con la colaboracion de
ResponderEliminartodos podamos elaborar la historia de la universidad con pinceladas de los "garcia paredes" que enriquezcan la misma.
Enhorabuena, Juan Carlos por esta iniciativa.