El lanzamiento del satélite UPMSat-2, previsto para el 24 de marzo pasado y retrasado por la crisis sanitaria internacional debido al COVID-19, tiene nueva fecha. Será el próximo 19 de junio a las 01:51 UTC (3:51 hora peninsular), a bordo de un cohete Vega de Arianspace en la misión SSMS POC (Small Spacecraft Mission Service Proof of Concept). Embarcará 53 microsatélites, nanosatélites y CubeSats para clientes institucionales y comerciales.
EL MUNDO, 18/06/20 |
Lanzamiento el 15 de junio 2020.
El 9 de septiembre del pasado año estaba previsto el lanzamiento del satélite UPMSat-2 pero un fallo de la misión VV15 del 10 de Julio de 2019, obligó a aplazar el lanzamiento al 24 de marzo de este año 2020. Lanzamiento que, nuevamente, fue suspendido por la crisis sanitaria del COVID-19. Finalmente el UPMSat-2 se lanzó al espacio el 15 de junio de 2020 en un cohete Vega de Arianspace dentro de la misión SSMS POC (Small Spacecraft Mission Service Proof of Concept) que embarca a 42 microsatélites, nanosatélites y CubeSats para clientes institucionales y comerciales.
¿Qué es un satélite?
Un satélite natural es un cuerpo que orbita alrededor de otro en el espacio. La Tierra es un satélite del Sol y la Luna es un satélite de la Tierra. No obstante, se entiende generalmente como satélite (o satélite artificial) todo ingenio creado por la humanidad que orbita alrededor de un cuerpo celeste, por ejemplo, la Tierra.
Los satélites tienen múltiples propósitos. El primero, el Sputnik, lanzado por la Unión Soviética, tenía como principal objetivo la promoción nacional de la carrera aeroespacial rusa frente a la americana. Los satélites de comunicación geoestacionarios orbitan a 36 000 km de altitud y se ven fijos respecto a la superficie terrestre (esto es, giran en órbita ecuatorial con la misma velocidad angular que la Tierra).
El hecho de que traigamos aquí este tema es porque uno de estos satélites artificiales lanzados al espacio ha sido desarrollado por profesores y alumnos dela Universidad Complutense. En concreto vamos a hablar en esta entrada del satélite universitario conocido como UPMSat-2, desarrollado en la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) por el Instituto Universitario de Microgravedad Ignacio Da Riva (IDR/UPM) y el Grupo STRAST.
Se trata de un satélite pequeño, un microsatélite según la clasificación aceptada en la industria espacial. Los microsatélites son muy interesantes porque su tamaño (entre 10 y 100 kg de peso) permite otorgarles una morfología y una distribución de equipos y subsistemas similar a la de los satélites convencionales, que pueden llegar a pesar varias toneladas.
No ocurre así con los nanosatélites (de 1 kg de peso, generalmente llamados cubesats) con un diseño simplificado. Esto es, por otra parte, una ventaja: este diseño está en gran medida estandarizado, lo que permite gran versatilidad a la hora de proyectar una misión espacial a base de nanosatélites.
A finales de este año (aniversario de la llegada de la humanidad a la Luna) y tras su lanzamiento desde la Guayana Francesa, comienza la misión espacial del satélite UPMSat-2. El lanzamiento de este satélite de 50 kg es a la vez el comienzo de su fase operativa y el final de su desarrollo como proyecto espacial.
En el UPMSat-2, como en la mayor parte de satélites, se pueden distinguir un conjunto de subsistemas que realizan las funciones que le permiten sobrevivir en las extremas condiciones del espacio: comunicaciones, telemetría, procesado de datos, potencia eléctrica, control de actitud y control térmico.
A esto habríamos de añadir el subsistema de mando y control, compuesto básicamente por el ordenador de abordo.
El UPMSat-2 estará situado en una órbita heliosíncrona alrededor de la Tierra. Es decir, en vez de permanecer fija respecto a las estrellas, su plano va girando lentamente. De esta forma, permanece con una orientación prácticamente constante con respecto al Sol a lo largo del año.
Las órbitas heliosíncronas son muy interesantes desde el punto de vista de los pequeños satélites. Son posibles gracias a que la Tierra no es una esfera perfecta. A nivel morfológico nuestro planeta se denomina geoide: si lo observamos con cuidado se parece más a un balón de fútbol en las últimas etapas de su vida que una a esfera.
El UPMSat-2 describirá 15 órbitas al día, pasando dos veces sobre la estación terrestre, una de día y la otra de noche. Durante estos pasos se establecerá comunicación con el satélite desde el Centro de Control del IDR/UPM, situado en el campus de Montegancedo (Madrid).
Los equipos de comunicación incluyen antenas orientables que siguen el movimiento del satélite, que operan en las bandas de 430 y 400 MHz, además de receptores y ordenadores. La información que se espera recibir es la de la telemetría del UPMSat-2. Básicamente incluye: valores del estado de la batería y los paneles solares, temperaturas, datos del control de actitud, posibles fallos y, por supuesto, los datos de los experimentos y cargas útiles embarcados.
Además, durante el paso por la estación de tierra, se pueden enviar órdenes al satélite para indicar, por ejemplo, qué experimento o carga útil ha de activar o qué orden de tareas ha de seguir. Incluso se pueden realizar cambios de más calado, como la programación del control de orientación del satélite.
El UPMSat-2 lleva embarcados los siguientes equipos para su ensayo durante la misión:
Micro Thermal Switch, de IberEspacio. Este equipo de control térmico es en realidad un interruptor térmico miniaturizado de gran interés para la activación o desactivación de instrumentos espaciales en función de la temperatura.
Magnetómetro MGM3, de Bartington. Se probará este equipo de elevadas prestaciones para la medida del campo magnético terrestre.
Reaction Wheel de SSVB. Este equipo es una de las pocas formas que tienen los vehículos espaciales de cambiar su actitud girando sobre sí mismo (esto es, su orientación con respecto a una referencia, como el plano de su órbita).
Experimento MRAD (Monitorización del efecto de la Radiación en órbita), propuesto por TECNOBIT y el grupo de investigación STRAST para el estudio del efecto de la radiación sobre los equipos electrónicos embarcados.
E-BOX. Este equipo, desarrollado por TECNOBIT siguiendo los requisitos definidos por el Instituto IDR/UPM, constituye la aviónica embarcada en el UPMSat-2 (incluye tanto el ordenador de abordo como los sistemas de distribución y transformación de potencia eléctrica).
Experimento SS6, constituido por sensores solares para determinar la posición del satélite respecto del Sol y ayudar en el control de actitud.
Este satélite representa un gran esfuerzo por parte de los profesores y alumnos implicados en su desarrollo. En este sentido puede decirse que ha significado un soporte educativo de primer nivel en el Máster Universitario en Sistemas Espaciales (MUSE) de la UPM.
Su predecesor, el UPMSat-1 (lanzado en 1995 por algunos de los profesores involucrados en la presente misión), ya tuvo un gran impacto académico. Esperamos desde el Instituto IDR/UPM continuar esta tradición con el siguiente satélite que desarrollemos.
Los satélites tienen múltiples propósitos. El primero, el Sputnik, lanzado por la Unión Soviética, tenía como principal objetivo la promoción nacional de la carrera aeroespacial rusa frente a la americana. Los satélites de comunicación geoestacionarios orbitan a 36 000 km de altitud y se ven fijos respecto a la superficie terrestre (esto es, giran en órbita ecuatorial con la misma velocidad angular que la Tierra).
Un satélite universitario diseñado en la UPM.
El hecho de que traigamos aquí este tema es porque uno de estos satélites artificiales lanzados al espacio ha sido desarrollado por profesores y alumnos dela Universidad Complutense. En concreto vamos a hablar en esta entrada del satélite universitario conocido como UPMSat-2, desarrollado en la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) por el Instituto Universitario de Microgravedad Ignacio Da Riva (IDR/UPM) y el Grupo STRAST.
Se trata de un satélite pequeño, un microsatélite según la clasificación aceptada en la industria espacial. Los microsatélites son muy interesantes porque su tamaño (entre 10 y 100 kg de peso) permite otorgarles una morfología y una distribución de equipos y subsistemas similar a la de los satélites convencionales, que pueden llegar a pesar varias toneladas.
No ocurre así con los nanosatélites (de 1 kg de peso, generalmente llamados cubesats) con un diseño simplificado. Esto es, por otra parte, una ventaja: este diseño está en gran medida estandarizado, lo que permite gran versatilidad a la hora de proyectar una misión espacial a base de nanosatélites.
A finales de este año (aniversario de la llegada de la humanidad a la Luna) y tras su lanzamiento desde la Guayana Francesa, comienza la misión espacial del satélite UPMSat-2. El lanzamiento de este satélite de 50 kg es a la vez el comienzo de su fase operativa y el final de su desarrollo como proyecto espacial.
En el UPMSat-2, como en la mayor parte de satélites, se pueden distinguir un conjunto de subsistemas que realizan las funciones que le permiten sobrevivir en las extremas condiciones del espacio: comunicaciones, telemetría, procesado de datos, potencia eléctrica, control de actitud y control térmico.
A esto habríamos de añadir el subsistema de mando y control, compuesto básicamente por el ordenador de abordo.
El UPMSat-2 estará situado en una órbita heliosíncrona alrededor de la Tierra. Es decir, en vez de permanecer fija respecto a las estrellas, su plano va girando lentamente. De esta forma, permanece con una orientación prácticamente constante con respecto al Sol a lo largo del año.
Las órbitas heliosíncronas son muy interesantes desde el punto de vista de los pequeños satélites. Son posibles gracias a que la Tierra no es una esfera perfecta. A nivel morfológico nuestro planeta se denomina geoide: si lo observamos con cuidado se parece más a un balón de fútbol en las últimas etapas de su vida que una a esfera.
Panel conmemorativo del 90º Aniversario de la creación de la Escuela Superior Aeronáutica en la Universidad Politécnica. (Foto: JCGP, 29/06/20) |
¿Cómo se controlará desde la Tierra?
El UPMSat-2 describirá 15 órbitas al día, pasando dos veces sobre la estación terrestre, una de día y la otra de noche. Durante estos pasos se establecerá comunicación con el satélite desde el Centro de Control del IDR/UPM, situado en el campus de Montegancedo (Madrid).
Los equipos de comunicación incluyen antenas orientables que siguen el movimiento del satélite, que operan en las bandas de 430 y 400 MHz, además de receptores y ordenadores. La información que se espera recibir es la de la telemetría del UPMSat-2. Básicamente incluye: valores del estado de la batería y los paneles solares, temperaturas, datos del control de actitud, posibles fallos y, por supuesto, los datos de los experimentos y cargas útiles embarcados.
Además, durante el paso por la estación de tierra, se pueden enviar órdenes al satélite para indicar, por ejemplo, qué experimento o carga útil ha de activar o qué orden de tareas ha de seguir. Incluso se pueden realizar cambios de más calado, como la programación del control de orientación del satélite.
Panel informativo de la Escuela de Ingeniería Aeronáutica y del Espacio en el campus de la Universidad Politécnica de Madrid (Ciudad Universitaria). (Foto: JCGP, 29/06/20) |
Equipamiento del satélite.
El UPMSat-2 lleva embarcados los siguientes equipos para su ensayo durante la misión:
Micro Thermal Switch, de IberEspacio. Este equipo de control térmico es en realidad un interruptor térmico miniaturizado de gran interés para la activación o desactivación de instrumentos espaciales en función de la temperatura.
Magnetómetro MGM3, de Bartington. Se probará este equipo de elevadas prestaciones para la medida del campo magnético terrestre.
Reaction Wheel de SSVB. Este equipo es una de las pocas formas que tienen los vehículos espaciales de cambiar su actitud girando sobre sí mismo (esto es, su orientación con respecto a una referencia, como el plano de su órbita).
Experimento MRAD (Monitorización del efecto de la Radiación en órbita), propuesto por TECNOBIT y el grupo de investigación STRAST para el estudio del efecto de la radiación sobre los equipos electrónicos embarcados.
E-BOX. Este equipo, desarrollado por TECNOBIT siguiendo los requisitos definidos por el Instituto IDR/UPM, constituye la aviónica embarcada en el UPMSat-2 (incluye tanto el ordenador de abordo como los sistemas de distribución y transformación de potencia eléctrica).
Experimento SS6, constituido por sensores solares para determinar la posición del satélite respecto del Sol y ayudar en el control de actitud.
Un trabajo de profesores y alumnos de la UPM.
Este satélite representa un gran esfuerzo por parte de los profesores y alumnos implicados en su desarrollo. En este sentido puede decirse que ha significado un soporte educativo de primer nivel en el Máster Universitario en Sistemas Espaciales (MUSE) de la UPM.
Su predecesor, el UPMSat-1 (lanzado en 1995 por algunos de los profesores involucrados en la presente misión), ya tuvo un gran impacto académico. Esperamos desde el Instituto IDR/UPM continuar esta tradición con el siguiente satélite que desarrollemos.
Para más información sobre el satélite espacial "made" en la Politécnica de Madrid, podéis consultar la página web del Instituto Universitario de Microgravedad "Ignacio da Riva": http://www.idr.upm.es/index.php/es/noticias-y-prensa.
Otros proyectos aeroespaciales llevados a cabo en la Complutense: E l telescopio MAGIC.
Ver artículo en TRIBUNA COMPLUTENSE
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