21 enero 2021

Enseñar al que enseña como se enseña

Detalle de la captura de pantalla de la página web de TRIBUNA COMPLUTENSE con la entrevista a María Vega, profesora del Departamento de Investigación y Psicología en Educación de la Facultad de Educación de la UCM, con motivo de la publicación de su libro "Creando Comunidades de Aprendizaje en la Universidad".

No tratamos de hacer un trabalenguas con el título de esta entrada, pretendemos más bien conectar con el contenido de la entrevista que Alberto Martín, con fotografía de Jesús de Miguel, hizo el pasado mes de diciembre a María Vega, amiga nuestra y profesora del Departamento de Investigación y Psicología en Educación, donde "lleva treinta años buscando, investigando y tratando de propiciar un cambio en la manera de enseñar en las aulas". La entrevista, publicada en la revista digital de la UCM TRIBUNA COMPLUTENSE, se realizó con motivo de la publicación de su libro "Creando Comunidades de Aprendizaje en la Universidad", editado por Morata.


En la entrevista María Vega justifica la razón de este libro "gracias a los profesores que han compartido conmigo sus experiencias durante más de 20 años. Se ha ido construyendo un legado cultural de conocimiento compartido que ha permitido que construya aquellos apoyos para que un profesor, que es de Anatomía, de Historia o de Derecho, que no tiene especial interés en la psicopedagogía o en la psicología de la educación en general, entienda que necesita ayuda, que necesita estar formado, porque ellos no son solo expertos en una materia, sino profesionales de la educación. Y un profesional de la educación lo primero que tiene que entender es que es un ser humano que está ahí para ayudar a otro ser humano y, luego, a través de la materia.".

A lo largo de mi experiencia universitaria (Derecho y Ciencias de la Información) he tenido profesoras y profesores cuyas aulas se abarrotaban de alumnos porque en sus clases no solo se aprendía sino que surgían interesantes debates y se ampliaba prodigiosamente nuestro horizonte mental (Inolvidables las clases magistrales de Manuel Aragón Reyes (Derecho Político),  José María Rodriguez Paniagua (Derecho Natural), Enrique de Aguinaga López (Teoría y Práctica del Periodismo), Antonio Ferrer Sama (Derecho Penal) o Teodoro González Ballesteros  (Derecho de la Información), entre otros muchos, claro, y, en contraposición, también he tenido profesoras y profesores que se limitaban a seguir un guión, no admitían que les cortases la exposición con ninguna pregunta y al sonar el timbre de final de clase recogían raudos sus bártulos y huían como si de una jornada laboral en cualquier centro administrativo se tratara. Unos llevaban en sí mismos su impronta  de "enseñante": la "vocatio". Los otros parecían estar poseidos de la "animadversión", pues se circunscribían a dar un temario, hacer unos exámenes y aprobar o suspender al alumno. Los primeros te animaban a seguir estudiando, a "investigar" fuera del aula. Los segundos  te exigían memorizar "sus apuntes", lo que bastaba para pasar la asignatura.

Quizá estos últimos, estos "profesores animadversos", son los que estaban faltos de esos apoyos psicopedagógicos de los que habla María Vega, además de adolecer de la "vocatio" que caracteriza al enseñante y que consiste no solo en enseñar sino también en seguir aprendiendo. 

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